El Sínodo Diocesano de Toledo es una gran asamblea convocada por Mons. Francisco Cerro Chaves, arzobispo de Toledo, en la que el clero, la vida consagrada y los fieles laicos tienen el fin de discernir juntos, a la luz del Evangelio, los caminos que Dios pide a la Iglesia de Toledo en este tiempo de cambio de época. Se trata de un acontecimiento eclesial de ámbito local, con voto consultivo, que busca orientar la vida pastoral y renovar el ardor evangelizador de la archidiócesis. El arzobispo Francisco Cerro Chaves, en sintonía con el espíritu sinodal promovido por el papa Francisco, ha impulsado el XXVI Sínodo Diocesano, el primero del siglo XXI y el primero que se celebra en Toledo en más de treinta años, desde el convocado por el cardenal Marcelo González Martín. La Carta Pastoral Caminando juntos con Cristo (23 de enero de 2025) explica que este sínodo no pretende cambiar el Evangelio ni la doctrina, sino revitalizar la vocación bautismal de todos los fieles y fortalecer la comunión y la misión. La convocatoria oficial se realizó el 29 de diciembre de 2024 en el marco del Año Jubilar 2025, con una procesión desde el Santuario de los Sagrados Corazones hasta la Catedral Primada, seguida de la Santa Misa presidida por el arzobispo, en la que se invitó a toda la diócesis a participar activamente. El proceso sinodal durará tres cursos. Cada uno de ellos contará con una primera fase de escucha, en la que se recogerán las aportaciones y propuestas de todas las realidades eclesiales, y una posterior asamblea sinodal, donde se elaborarán las conclusiones y orientaciones pastorales. Este Sínodo se presenta como un tiempo de gracia para que la Iglesia de Toledo, “caminando juntos con Cristo”, afronte con esperanza y creatividad los retos de la evangelización en el presente.